LA VITAMINA
K:
Se la conoce también como la vitamina antihemorrágica
o de la coagulación porque es imprescindible para la formación
de la protrombina, sustancia esencial para la coagulación de
la sangre. Gracias a este nutriente liposoluble se pueden evitar hemorragias
internas y externas. Esto explica que sea eficaz para reducir el excesivo
flujo menstrual.
Además, hay que tener en cuenta
que:
Debe estar presente en la asimilación
del calcio.
Es fundamental en la relación entre el calcio y la vitamina D.
Necesaria para el buen funcionamiento hepático.
La forma principal es la vitamina K1 que se encuentra especialmente
en los vegetales de hojas verdes. Pero también las bacterias
presentes en el intestino delgado y el colon producen vitamina K2, aunque
es absorbida en menor grado.
DOSIS Y PRECAUCIONES
La dosis diaria recomendada es de 65 microgramos.
Una carencia de vitamina K puede provocar:
Hemorragias de la piel, nasal, de una herida
o en el estomago.
Diarrea.
Aumento del tiempo de coagulación.
Recordemos que la vitamina K es liposoluble y cualquier trastorno que
afecte a la absorción de los lípidos, como la enfermedad
celiaca o la fibrosis quística, puede provocar una carencia.
Su almacenamiento en el organismo (generalmente
no se suele tener deficiencias de esta vitamina) no causa ningún
daño pero una excesiva dosis de vitamina K sintética podría
provocar sudoración, contracciones torácicas o un determinado
tipo de anemia.